
Hablando del Masculino: el Padre.
Figura extraña, el padre. Hace unos años un amigo, hombre por cierto, resumió así su sentir en torno a los dos pilares fundacionales de la vida de casi todos, perfil y fondo que me es familiar y que resonó con mi experiencia clínica de acompañar a otros. Pintó al padre y a la madre más o menos así: “Con mi mamá discutí muchas veces, mil veces la busqué, también la evité porque regañaba, hasta le mordí las tetas. Me enseñó a amarrarme los zapatos, a ponerme la ropa. Tantas veces me sirvió comida. Era como un cuadro de Botero, donde el personaje ocupa espacio, tiene carnes. Mi padre en cambio es insondable, distante, como una montaña envuelta en neblina. De él nunca sé nada. Parece un abstracto.”
Esa apreciación resume una versión común de nuestra relación con mamá y papá, y posiblemente de cómo nos sentimos hoy como madre o padre de otro u otros seres. Tantísimos padres han sido lejanos, saturninos, ausentes, enigmáticos. En la cultura católica se reza más a la madre, quien intercede ante el padre, que al padre y que al hijo, a pesar de que en dicha ideación Él es el gran jefe, y de que es el hijo quien nos ha de salvar. Se me ocurre pensar que si por milagro a alguien se le apareciesen en Epifanía esas tres figuras, por instinto cultural la persona intentaría evitar la mirada del padre, para buscar la de la madre; y me atrevo a pensar que al hijo no le creería. Es como preferir hablar con la secretaria que atrevernos a pisar la oficina del gran jefe, ¿por qué?
Es peculiar esto de que el día de la madre sea justo el día en que más homicidios suelen ocurrir en Colombia y otros países latinos. La expresión mordaz brotada de las comunas acerca de que “Madre solo hay una; en cambio padre puede ser cualquier desgraciado”, manifiesta esa idealización materna, por un lado, y una tenaz bronca en contra del padre por el otro.
Esa dinámica social y familiar, además de manifestar el complejo de Edipo, lleva a no querer a los jefes y políticos, representaciones mundanas del padre arquetípico, que a su turno abusan de y castran a los hijos, como Urano y Crono hicieron. La mayoría de presidentes colombianos se van del país tan pronto entregan su mandato, capitanes que abandonan su barco.
La situación es bastante más compleja. Ciertamente hay padres violentos, ausentes, irresponsables. También he acompañado a tantas personas que al escarbar en sus memorias de infancia descubren que, detrás de la inmaculada fachada materna, la retirada del padre se debió en alta medida, a una apropiación exagerada e indebida de la madre sobre ese hijo, apropiación a expensas del padre, que fue excluido de la vida cotidiana del hijo y obstruido de su corazón en parte a raíz del intento materno por compensar y/o de su mala leche contra el padre. ¿Papá dónde estás?, clama el hijo, mientras asume que es un ogro y, a la par, que no lo merece. Cada hijo necesita el abrazo físico y la bendición magnética, energética de su padre. Sin esos dones, que en realidad son donaciones provenientes de ancestros, si bien por vía del padre, es probable que el hijo sea ajeno a su poder personal propio y viva en temor a realizar su energía masculina. Por ende, en tanto despierte de la cómoda pesadilla (!!) sobre la ausencia de su papá, se verá a sí atrapado en su tímido relacionarse desde la figura de yin montado y/o perro mueco.
No con esto culpo a las madres de buen corazón. Aspiro a arrojar una mirada amplia sobre esta dinámica confusa, trágica, vista que permita comprender y captar cómo la energía paterna, si obstruida en el niño, genera más déficit en ese adulto que lo padece, peor que la mera ausencia de su padre durante la infancia.
En suma, suele ser que el padre es un rey caído en el corazón del hijo, mientras allí la madre reina. Y con razón si crecimos con un papá borracho, ausente, frío, tal como ese amigo lo dibujó. Las consecuencias, terribles, de la ausencia de un papá en los primeros veinte años de la vida del hijo, en especial si es varón, igual si es mujer, suelen empezar con el hijo culpándose, debilitándose y avergonzándose por no contar con un papá que lo proteja, al cual acudir y admirar. Y desembocan con más posibilidad en que ese joven varón sea preso del temor a su propio poder, y también de adiciones, violencia juvenil, suicidio, accidentes, cárceles, barras bravas, pandillas, psicopatologías, homicidios y otros horrores. Y de que esa joven hembra no se crea merecedora de un buen chico ni sepa tramitar sus temas con hombres.
Muchos hombres, casados en su corazón con su madre (el dinero y poder, una imagen de sí narcisa, algún cómodo mundo imaginal: trago, porno, juegos, yerba…), se impiden su verdadera entrega a una mujer. ¿Y dónde, pues, queda el sagrado masculino? Habrá que rescatarlo. No es un ser biológico, que también, sino el padre en el corazón del hijo, al que hemos de coronar en nuestro corazón, llevarlo de rey caído, despreciado, temido, a poder vital, presente, valorado. Para un hombre que crece con el rey caído en su corazón, poder erigir dentro de sí al rey empoderado y vital requiere de gran trabajo interior. Es una faena clave del viaje de héroe de toda persona, y más si es hombre, erguir su masculino hasta saberse y coronarse rey de sus mundos interno y externo.
En eso estamos, hombres, mujeres, levantando en nuestro ser al rey caído legado por cultura, de modo que sepamos cada vez más acoger a y disfrutar de nuestro loco juguetón (arquetipo Loco, Mago); honrar nuestra fuerza y coraje (Guerrero); permitir nuestra sensibilidad, auto cuidado y cuidado de otros (Amante); sostener una clara estructura interna capaz de vigor y poder (Padre); acudir al Sabio que enhorabuena despierta dentro nuestro. El tema es vital, y no de afán. Es avanzar en tomar el poder personal, que, de no ser usado, otro lo aprovechará.
Y las mujeres que por azares de la vida acompañan a un hombre en su viaje de héroe y jardineo del alma, si bien no son responsables de él, las invito a querer ayudar, con verdad y bondad, en construir masculinos abiertos, fluidos, empáticos, a la vez que empoderados, acertados, fuertes. Y si estás criando a un hijo, mujer madre,¡ ojo!, no le arranques las plumas ni los colmillos. Ten presente no ignorar tu poder castrador, ese veneno sonriente de la madrastra de Hansel y Gretel, para no debilitar a tu hijo. Tu hijo es, ante todo, hijo de la granDiosa vida, un ser en sí mismo, en camino propio, que algún día ha de volar lejos, ojalá con pelotas y colmillos bien puestos, sin temor a su autonomía, fuerza y claridad masculina.
Quiero dar un abrazo fuerte, peludo, magnético, encuerpado, masculino, a cada uno de ustedes amigos. Me parece precioso y potente acompañarnos en este viaje de reconocer nuestro ser completo y de honrar el sagrado masculino que cada día queremos representar mejor, para bien de nosotros y de todos los seres.
ॐ
«La normalidad es un mito.
Un mito feo, falso, dañino.
Mejor sigue la voz de tu alma.
Es única, es tuya.»
Jyotish
Herramienta

Escucha tus voces
Te invito a darte al menos una hora para poner en práctica esta propuesta por primera vez, con la esperanza de que sigas cultivando la mirada de testigo en cualquier (y todo) momento del día.
1) Siéntate en un espacio tranquilo, en el que puedas estar contigo plenamente. Date unos minutos para respirar profundo y sentir tu cuerpo. Pregúntate cómo te encuentras. Usa la respiración como guía, con cada inhalación lleva luz a una parte de tu cuerpo y observa qué sensaciones hay en ella. ¿Calor, frío, tensión, peso, fluidez, burbujeo, retortijón…? Toma consciencia de cómo estás habitando tu presente.
2) Toma una hoja o lienzo y garabatea imágenes que te representen en momentos de malestar. Dibuja al menos cuatro situaciones diferentes de incomodidad . Luego vuelve a tu respiración y haz un nuevo escaneo de tu cuerpo y sensaciones, reacomódate si lo sientes necesario.
3) Vuelve a tus dibujos y pregúntate ¿qué piensas de ti mism@ en cada una de esas situaciones?, ¿cómo te ves en ese evento? Elige una o dos de las imágenes y ubícate específicamente en una de ellas. Trata de revivirla por completo, cómo estabas vestido, dónde estabas, con quién ibas y/o quién te hubiera gustado tener a tu lado, qué había pasado justo antes de esa situación de MalEstar, etc…
Pregúntate: ¿Cómo me sentí en ese momento? Trata de encontrar múltiples respuestas y anota al lado todo lo que describa lo que sentías. Entre más palabras apuntes, mayor entendimiento podrás alcanzar sobre eso que vivías emocional y físicamente.
4) Te invito a entrar a un plano de curiosidad distinto. Salgamos del mundo de lo físico y emocional y trasladémonos al mundo de la mente. ¿Qué te estabas diciendo a ti mism@ en esta situación? ¿Con qué frases, palabras o expresiones estabas animando ese momento de MalEstar que vivías? ¿Esas palabras se refieren a cosas que están ocurriendo en tu interior o se refieren más bien a cosas o eventos que estás viendo en otros y/o en lo otro que está involucrado en tu MalEstar? Escribe al lado de la imagen todo lo que identifiques.
5) Ahora contesta por escrito. ¿Cómo actuaste durante esta situación de malestar? ¿Qué hiciste y dejaste de hacer en aquel momento? ¿Tus acciones afectaron a otros?, ¿de qué manera y qué intención tenías con ellas? Haz lo mismo con el otro dibujo que elegiste y pregúntate, sin profundizar demasiado, si quizá alguna de las otras imágenes tiene un punto en común con lo que vas descubriendo.
6) Vamos a ponerle un poco de juego y teatroterapia al ejercicio. Expande la mirada, sal del rol de testig@ de ti mismo y ponte en el rol de la persona que emite cada uno de los juicios o ideas acerca de aquello que pensaste, sentiste o hiciste durante el malestar.
Mira la imagen que dibujaste y empieza a decirte en voz alta todas las ideas que tuviste sobre ti en ese momento. Busca modular la voz tan fuerte o suave, pequeña o gruesa como pudiste haberla escuchado por dentro en aquel instante. Regálate ponerle un sonido, adopta una postura corporal que acompañe lo que escribiste de ti. Quizá surjan algunas formas de la voz que se acompañan de un dedo que señala. Es posible que otras estén dándote la espalda o sacándote la lengua; pueden haber también algunas que quieran golpear a quienes están afuera o tal vez, algunas partes de ti que quieran esconderse…
7) Vuelve a tu rol de testig@ y date cuenta de todas esas formas en que estuviste aquel día. En ese preciso momento que identificaste como un espacio-tiempo de MalEstar estaban actuando en ti un número variado de voces que te ayudaban a salir, mantenerte, achicarte o acrecentar tu desagrado. Pregúntate cuáles de esas formas de hablarte tenían una voz más alta y cuáles intentaron salir, pero se apagaron o no tuvieron suficiente fuerza para dar el paso y presentarse con altura…
Los seres humanos somos un gran coro de voces que se relaciona a veces en perfecta armonía y sincronía, y más frecuentemente con una alta disonancia sonora. Te invito a darte cuenta de la calidad del coro que te habita y a ponerle voz, forma corporal y textura… En un siguiente número de la red podremos avanzar en la representación y el encuentro dialógico entre estas voces.
8) Regresa a tu cuerpo y haz un escaneo similar al que hiciste al empezar el ejercicio. Haz los movimientos que sientas que le dan tranquilidad o placer a tu cuerpo para cerrar este momento. Regresa a tu altar o lugar de paz y regálate una frase que te sirva para cerrar y abrazar la sabiduría que hayas alcanzado.
Namasté.
Con profunda admiración, gratitud y amor por el camino compartido con CoRazón,
Luz Elena/Luchy
ॐ
«Cuando se es parte del problema o cuando este es parte de uno, no hay problema alguno, pues uno es el problema mismo.
Y si es así, no hay problema alguno.»
Shunryu Suzuki, Mente zen, mente de principiante
Mito

Sol, representación mitológica del padre
En el pasado boletín les hablamos del mito de Prometeo, y con ello quisimos dar entrada a los mitos y formas que han empleado diferentes cosmovisiones para abordar la figura del padre, asociado al astro mayor, el Sol, y al arquetipo de lo Masculino.
Recapitulemos, Prometeo roba el fuego y se lo otorga a los humanos; con el fuego se simboliza el conocimiento y la técnica que hace del hombre más que un animal y le entrega agencias propias de dioses. El fuego, la luz, el sol iluminan, apuntan a la energía vital y capacidad de creación que reúne lo Masculino. Si bien lo Femenino materna, es cántaro vacío, cuenco, vientre y tierra fértil, no hay vida posible sin lo Masculino, sin el espermatozoide que fecunda, con dirección, decisión y claro norte.
Es justamente esto último, ese poder creativo, legitimado y con enfoque, lo que alberga la figura del padre, en tanto subtipo arquetipal de lo masculino que da forma y ofrece –así sea un ideal inalcanzable– cierto grado de certidumbre frente a la siempre cambiante realidad. El padre es aquello en lo que podemos creer, es una luz y una certeza y por ello se viste de autoridad.
Civilizaciones alrededor del mundo y a lo largo de la historia veneran al sol. Traigamos a colación primero las que tenemos más cercanas. Para los muiscas el dios solar Sué fue creado por el gran Chiminigagua junto con las estrellas, vino a la tierra para promulgar la moral y a enseñar las artes (con gran semejanza al mito prometéico y las bondades que reciben los hombres con el fuego). Muy en sintonía, en el mito de origen de los inca Inti, el sol, envía a dos de sus hijos –Manco Capac y Mama Ocllo– para que le impongan orden y civilización a la humanidad.
El orden trae consigo otra facultad del sol y de lo Masculino en su versión benéfica y deseable. Nos referimos a la justicia. Tanto en su fachada de padre como de sol, se espera de lo Masculino que sea fuente de lo justo. El sol alumbra por igual, y del padre se espera que sea generoso y justo. Nos trasladamos entonces a Mesopotamia. Para los sumerios Utu era el dios sol y dios de la justicia. Utu era el señor de la luz y por su posición estelar podía ver todo lo que pasaba en la Tierra, por eso podía impartir justicia.
La capacidad de agencia y autoridad lleva también a su carácter móvil, claramente encauzado, como el espermatozoide, con lo cual nos acercamos a su representación como personaje en movimiento, como vehículo y como viajero, el sol que cruza los cielos. Una de las caras de la deidad solar egipcia es Ra, quien conduce una barca solar; Helios, dios solar griego conduce un carro dorado de este a oeste; el dios solar védico Suria conduce un carro con siete caballos; y en la tradición escandinava la deidad solar Odín cabalga un corcel de ocho patas.
Así las cosas, al padre sol, presente en la mitología de civilizaciones alrededor del mundo, se le endilga el don del discernimiento, el poder de la acción; una claridad y direccionamiento, la capacidad de creación, autoridad y justicia. Es por esto que la filósofa francesa Emma Carenini, autora de El Sol: mitos, historia y sociedades, dice que los jefes y élites buscan legitimar su poder empleando el sol como símbolo de excelencia.
Cabe preguntarse si en estas épocas convulsionadas en las que las figuras de poder y autoridad se cuestionan, y la figura del padre se ausenta, seguimos manteniendo en realidad un culto sentido por lo solar. El lugar del Padre arquetípico está caído, sin duda, y hemos de rescatarlo en el corazón de nosotros mismos.
ॐ
Testimonio de un retiro
«Justo antes de iniciar la experiencia tenía miedo. Me di cuenta de que buscaba que algo malo pasara dentro de mí (buscando un bug). El viaje me mostró que no hay nada malo en mí, que somos vida y todo el universo y los seres humanos estamos profundamente conectados. ¡Tuve un precioso viaje de conciencia del gozo que significa vivir!»
Andre
La voz del chela

Ser chela para mí
Es tener un viaje al interior sin tomar medicina
Es verme reflejada en cada psiconauta
Es acompañar sin interferir
Es cuidar sin sobreproteger
Es estar en silencio sin ignorar
Es una meditación
Es presencia pura
Es ser para otro
Solo ser para otro
Solo estar para otro
Es permitir que emerja lo que tenga que salir
Es sugerir con una palabra sutil
Es atestiguar el encuentro de otro consigo mismo
Es salir de esta experiencia como salgo de un retiro: con información valiosísima sobre mí, con una conexión profunda con cada uno de los allí presente y conmigo misma; sensible, introspectiva, reflexiva, agradecida, expandida.
Ser chela es ser para otros, y a la vez ser para mí.
Manuela Navarro Arias
ॐ
CreArte MieL

Reflexiones de una Psiconauta
Carolina Porras
ॐ
Presencia y efecto mariposa
Pasan los días, todavía al caminar se mueve un poco el piso a mis pies. La vida arranca, la casa, las cuentas, las pláticas. Encuentro pedacitos de día que atesorar para no olvidar mi tarea. Uno no hace un clavado en el mar profundo sin traerse de regreso algún ser desconocido y misterioso a quien empezar a conocer e integrar a la vida.
Primero el habitual apuro de hacer…
¿Qué hago con esto? ¿Qué idea fantástica puede nacer de esta comprensión? Imágenes de mi misma triunfando entre la multitud, siendo reconocida por tan brillante mezcla de intelecto y alma. Pero la vida me recuerda con ternura: “No te pedí eso. Solo te pedí estar presente”… ¡OK, OK!, bajo la guardia y enfoco mis sentidos.
Mis sentidos a mil… seguramente haré un gran descubrimiento acerca de la presencia, ¡eso es! Escribiré algo muy importante que ayude a muchas personas a estar presentes, un libro o por lo menos un manual (jajaja). De nuevo la vida me recuerda con ternura: “No te pedí eso. Solo te pedí estar presente”.
Me detengo.
¿Qué me estás pidiendo vida?, ¿que no haga nada? Pienso en el vacío de mi vientre, él no quiere hacer nada. Su función es estar vacío para que la vida florezca ahí adentro.
Cuán difícil no hacer nada.
Me hace sentir inútil.
Hacer nada es como ser nada. Mi ego brinca, ¿cómo que nada?
Pienso en mi mamá y en la comprensión de que durante mis primeros cinco años de vida lo único que ella fue, fue ser terreno seguro para mí. Eso podría parecer nada. Sin embargo, me permitió atravesar etapas, pasar de bebé a ser niña.
Ella hizo nada, fue nada y gracias a eso algo más creció: ¡yo!
Veo lo que la vida me pide. Me pide ser nada para que ella pueda ser a través mío.
Eso asusta, implica renunciar a mi lista de deseos de grandeza. Imagino a la vida diciéndome: “Hija mía, no tienes idea de la inmensidad y hermosos sueños que tengo para nosotras, solo te pido que seas un vacío en el que yo pueda ser”.
Me asusta ese vacío que se perfila frente a mi . Recuerdo Villa de Leyva… recuerdo cómo mi cuerpo estaba feliz de no ser nada y sentirme conectada con todo , confiando en que tan solo estoy sirviendo a un bien mucho más grande que yo.
Aun no entiendo bien cómo puedo ser nada en este mundo. Quiero hacerlo, pero aún no se bien cómo. Le pido a la vida que utilice mis sueños para mostrarme el camino, que me ayude a ver en ese misterioso momento en el que cierro los ojos hacia afuera y los abro a mi interior, que me permita identificar alguna pista que me de un poco de luz.
Me pregunto, ¿cuando duermo dejo de ser yo? … Mmmm… si es así, cada noche podría ser una gran oportunidad para practicar no ser nada.
Abro los ojos… ¿será que la vida me pide ser terreno fértil y nada más? ¿Será que me pide ser un útero donde quienes me rodean puedan igualmente solo Ser?,
¿y dejarle a ella el efecto mariposa?
Puede ser …
Daniela Lambarri
ॐ

Tantra
Ce León
ॐ

Laura Mejía
ॐ
«Tú eres lo más importante en tu vida y el centro de tu existencia. Acércate a ti con curiosidad, como a un gran misterio a reverenciar, para verte, para amistarte y florecer. Estarás contigo el resto de tu vida.»
Josema
Talleres MieL






Subachoque – abril 2024
ॐ
Testimonio Programa MieL
«La medicina me ha permitido amistarme con aspectos de mí que me hacen ruido; gestionar de forma diferente asuntos transgeneracionales y mi relación con el universo; explorar mi misión y lugar en este mundo y la manera de transitarlo.»
Juliana Cañaveral

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Incursión sentida en el Territorio Masculino
El Del misterio que no tiene nombre surge la danza de la vida en dos energías: femenina y masculina. Invaluables como cuerpo y mente, natura y psique, enfoquemos ahora, con fascinación tremenda, la energía masculina y sus arquetipos. Traigamos corazón a comprender qué significa, qué implica, qué contiene cada principio del sagrado masculino en la psique y cómo se representa en nuestra vida.
Reconocer la presencia -ausencia- de la energía masculina y diferenciar las funciones sanas de sus sombras, ayuda a orientar, cultivar y dar luz a nuestro poder solar.
A todos, a todas nos atraviesa en cierta medida y en cierta forma lo masculino arquetipal. Representa lo firme y fuerte, lo que resiste y persiste sin doblegarse, o de nuevo renaciendo, para defender lo propio y al grupo, sin ceder a lo que no considera. Cuenta con su fuerza y coraje y, en tanto se ejerce, gana maestría de habilidades y virtudes. Su incesante faena evolutiva le ha dotado de cinco rutas de acción inmemoriales, arquetípicas, que se nutren entre sí. Su base son el loco vital y el guerrero valiente; luego surge el amante, y de estos el padre, que quizás acceda a saberes que han de madurar en sabiduría, cada uno con varias facetas y subtipos, a curiosear acá.
Invitación abierta a hombres y a mujeres que deseen curiosear e investigar de qué trata y a dónde apunta la energía masculina.
Teoría y práctica sobre las formas que este poderío arquetipal surte y despliega, así como las maneras para honrar y cultivar en nosotros cada uno de los cinco arquetipos masculinos centrales, en su luz y en su sombra.
Duración de 6 meses
Periodicidad 2 webinar de 2 ½ horas al mes.
Inscríbete y encuentra más información en este enlace:
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Red de Indra ahora trimestral
El contenido de Red de Indra nutre espacios, reflexiones y compartires de valor y queremos que puedas apreciarlo detenidamente. Por eso hemos decidido entregar esta Red trimestral.
Esperamos siga siendo un complemento para tus días y un espacio al cual recurrir en busca de relatos y herramientas para caminar este viaje de héroe que tenemos la oportunidad de compartir.
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Caminamos en Instagram
Queremos tener viva la conversación, entretejer redes de consciencia y nutrir este vínculo. Decidimos dar un salto e incursionar en otras vías para llegar a más personas con interés en explorar la casa del alma y sembrar más verdad, belleza y bondad en su vida.
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Cantorezo
Cantamos desde el alma, poniendo humildemente nuestra voz al servicio de la granDiosa Vida.
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CreArte MieL
Nos encantaría recibir tus prácticas creativas de integración.
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Podcast.
La clínica psicodélica: conversaciones sobre caminos de vida
En este podcast, el periodista y psiconauta Jorge Caraballo sostiene una charla con Josemaría en la que indagan en la historia de vida particular que llevó a Josema del ciclismo al estudio de filosofía y religiones, hasta aterrizar en el quehacer como acompañante de procesos terapéuticos con medicinas sagradas.
Con osadía y entrega, Caraballo se abre a compartir la encrucijada personal que enfrenta para que Josema ejemplifique su destreza, esa mirada perspicaz y manera de abordar al consultante para mostrarle de qué hilos halar para ganar consciencia y jardinear su alma.
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