
Maitri.
Maitri es un concepto sánscrito que apunta a crear una amistad real consigo mismo por medio de nutrir una actitud bondadosa y precisa hacia sí. En la práctica Budista Maitri se emplea como guía cotidiana para dejar la tendencia a juzgar y darnos duro, aceptando con humildad, cada vez con menos pelea, aspectos propios antes rechazados. Hijos de una civilización que ha sembrado miedo, no merecimiento y culpa como algo sagrado, y que alimenta la idea de que no damos la talla y estamos en falta, ahora podemos jardinear un trato amistoso y bonito para con nosotros mismos. Desarrollar cierta bondad esencial y un amigo interno que comprende, permite generar espacio de discernimiento.
De niños, la mayoría de nosotros recibimos y presenciamos la actitud condicionada, ignorante, miedosa de nuestros padres para expresar amor. No fue su culpa, pues recibieron lo mismo o menos; tampoco fue nuestra culpa. Pero nuestra inocencia nos hacía creer que ellos sí sabían, y les fuimos leales. En consecuencia, introyectamos hacia nosotros un trato tacaño, herido, de no merecer. Ahora bien, si de niños fuimos ositos pésimamente lamidos, el problema hoy es seguir recreando ese mismo trato en nuestra relación primaria: con sí mismo.
Reconocer con precisión esa dinámica interna facilita morir a ella, para cultivar el bendecirse. Comprenderse (perdonarse) permite romper la lealtad (y la rabia) con esa voz herida de nuestros mayores (hoy en nosotros) para cuidar una voz actual: ¿qué en nosotros hemos de perdonar para dejar el maltrato y comenzar a decir bien de nosotros? ¿Qué espero para aceptarme y hacer la paz conmigo mismo? ¿De qué depende, de lograr perfeccionarme o de ser humilde y gustar cómo voy siendo? Tengamos presente que tanto el trato que nos damos como el programa que corre por nuestra cabeza son autónomos, inconscientes, andan por sí mismos, como animalitos que nos poseen, sin obedecer a consejos ni regaños baratos. Por eso hablamos de comprender, curiosear, discernir, pues el tema de estudio somos nosotros mismos.
Conocer los modus operandi, las guaridas y estrategias de nuestras dinámicas internas con curiosidad, sin maltratarnos, incluso examinando el maltrato implicado, nos permite ir estableciendo una relación amistosa de largo aliento con nosotros. En el arte y ciencia de conocerse a sí mismo curiosearse es una vía regia. ¿Por qué me pasa esto otra vez? Esto que siento ahora, ¿de dónde surge, a qué me sabe? ¿De qué manera puedo sentirlo, amistarlo, y que forme parte de mi equipo?
La palabra que solemos usar para hablar del afecto que nos tenemos es autoestima. ¿Te parece que estimarse a sí mismo es bastante? ¿Le dirías a un amigo, a tu pareja o hijo “te estimo”? Te quedarías corto y quien recibe ese cumplido se sentiría no querido. Así, nuestra pobreza en la palabra que usamos para nombrar el afecto que nos tenemos denota cuánto nos cuesta amarnos de verdad. Estamos acostumbrados a darnos y quitarnos afecto como si de una opinión se tratase. Si las cosas nos salen bien, nos damos una palmada en el hombro. Si salen mal, nos reprochamos y enojamos por lo que hicimos o dejamos de hacer.
El amor a sí mismo suele ser transaccional, con un montón de condiciones para amarnos y serios problemas para aceptarnos. En ese matoneo interior nuestros juicios y maltratos generan dolor constante, emociones difíciles y tóxicas que replicamos en las relaciones interpersonales.
Hoy sabemos más. Queremos paz y amor, no culpa y miedo. Si nos observamos con curiosidad y precisión, sin juicio, logramos discernir (Manjushri, Maitreya) la dolorosa dinámica que nos llegó por cultura. Así podremos sembrar un presente más dulce y bondadoso (Avalokiteshvara). Perdonar (¡¡per.donar!!) aceita un Camino con CoRazón, en donde jardinear el alma para aprender a sentipensar bonito ha de convertirse, más que en un deseo, en una práctica.
Maitri, amistarse y despertar amor cada vez más incondicional a sí, es asentir a quien se es. Más que autoestima, es valoración y disposición a cuidar de sí, una aceptación plena y cuidado de nuestra dignidad. Es un trato amable con quien se es. Cultivar gentileza y bondad va creando una vida plena de significado. El proceso de ser amigable consigo mismo pasa por una mirada compasiva hacia lo que emerge, mientras tomamos conciencia de aquello que somos y hacemos. Asentir a nuestras luces y sombras inicia un proceso de transformación en el que nuestro organismo recupera su capacidad innata para desarrollar su mayor potencial.
A esto llamo jardinear el alma.
ॐ
Herramienta

Zazen: el arte de hacer presencia
Todos los días, a cualquier hora –mejor en la mañana–, siéntate en un cojín firme 15, 20 minutos, sostén la espalda recta, sin distraerte, celular apagado, enfocado en hacer presencia.
Simplemente vas a presenciarte, ojos abiertos, siguiendo tu respiración, volviendo una y otra vez a ti con cada exhalación.
Al final puedes escribir o dibujar lo que desees sobre tu experiencia.
ॐ
Mito

Kykeón
El kykeón, la bebida sagrada que la reina de Eleusis preparaba y consagraba para Demeter y su hija Perséfone, diosa de las flores y del inframundo, hacía parte central del ritual de la Grecia Antigua: los Misterios Eleusinos, que se celebraban desde más de 3.500 años atrás y hasta hace 1.600 años. Durante los Misterios Eleusinos cientos, miles de peregrinos viajaban cada año a pie o a caballo, incluso hubo quienes hacían el trayecto desde pueblos lejanos hasta el sagrado santuario, cerca de Atenas. Tenía lugar en otoño, para celebrar la recogida de granos y prepararse para la venidera muerte de la madre naturaleza, cuando Perséfone deja la floresta y se interna el invierno en el frío inframundo y la oscuridad se apodera de los campos.
El ritual celebraba a la Madre renovadora, representada antaño por Innana, Ishtar, Isis, Kali, Demeter, Perséfone. Los fieles festejaban allí, además, el supremo gozo de la vida, y también la muerte, gozo de vivir plenamente cuando se sabe a la vez morir a lo que se ha de morir, para romper lastres y renacer con nuevo brío, livianos, renovados. Es el ciclo vida-muerte-vida de la Gran Madre, y lo que enseña el kykeón “no es que las almas viven cuando se separan del cuerpo, sino cómo será ese vivir”.
Tras prepararse por meses, listos para la cita, los fieles acudían decididos a penetrar en el reino de las sombras y de la cruda realidad que subyace más allá de lo que cada quien cree saber de sí mismo y del mundo. Los participantes tenían visiones y recibían el nombre de epoptia, persona que ha visto. Iban dispuestos a desintegrar límites propios, romper toda autoimagen para ser renovados en el amplio reino del espíritu. En sus corazones palpitaba el miedo reverente y se presentaban en ayunas a su cita con este ejercicio demandante y aterrador: ascender a un nivel superior de presencia extática, saliéndose de su comodidad para superar condiciones que hasta entonces eran miedos, lastres y pesos. Podía llegar a costarle al devoto su vida simbólica, social, ya que supone morir a una mundovisión y autoimagen.
Al llegar al santuario quienes ejercían de hierofantes encendían antorchas, símbolo de que todo estaba presto para que la diosa emergiera de su enigmático mundo e hiciera presencia con su luz en la mente de los presentes. Los sacerdotes portaban consigo, en el más significativo culto del mundo Helénico, una pócima compuesta de granos de cereales recogidos en la zona, granos que tenían ergot, un hongo que crece en el centeno y con propiedades enteógenas. Preparaban este cereal y su ergot de un modo que hoy desconocemos, y llamaban a la sagrada poción kykeón.
Los efectos enteógenos del ergot consumido en los rituales se podían haber intensificado mediante prácticas como el ayuno en días previos. También es posible que los sacerdotes de Eleusis consiguieran producir otros alcaloides más potentes utilizando el clavicep purpurea que infestaba el cereal, mediante un sencillo procedimiento que consiste en diluir en agua con cenizas de madera quemada, lo que proporciona una base de carbonato potásico con la que se produce ergina e isoergina a partir de la ergotamina. También existen evidencias que apoyan la hipótesis de que el cornezuelo podría ser el causante de las visiones eleusinas. El color púrpura del hongo es la tonalidad asociada a la diosa Deméter. La menta se añadiría probablemente para eliminar el mal sabor, y la sensación de náuseas.
A la imaginación quedan los detalles del diseño del acto ritual dado que los participantes, durante su preparación para los Misterios, se comprometían bajo juramento a guardar secreto, so pena de muerte. Durante la procesión asociada a los misterios se realizaban sacrificios, ritos y ceremonias de purificación en público. La parte más reservada de los misterios ocurría en una gran sala llamada Telesterión, en donde se daba la toma del kykeón. Sabemos, sí, de Platón, Aristóteles, Sófocles, Píndaro, Plutarco y Cicerón haber pasado por el rito Eleusino y tomado el sagrado kykeón que, durante dos milenios, transformó a bien la vida de miles y miles de personas y de sus culturas al permitirles la gracia de vivir en carne propia el divino misterio de su ser. Pindaro expresaba lo siguiente al respecto: “Bendito es aquél que habiendo visto esos ritos toma el camino del submundo de la Tierra. Él conoce la finalidad de la vida tanto como su divino comienzo”.
Iniciada la liturgia ritual, de la más alta religiosidad griega, cada fiel tomaba una medida, ignoramos cuánta, del kykeón mágico. Y pronto, con ayuda de música para la ocasión, todos se adentraban en las vivificantes aguas de la Gran Madre devoradora y a la vez regeneradora, perdían entonces el control sobre sí mismos. En el profundo rapto, ya sin ideas autoreferentes ni racionales (los participantes se encontraban allende de lo Apolíneo y dentro de lo Dionisíaco en sentido griego), un torrente de vida desbordaba la celda de la mente; prodigiosa energía indómita y salvaje de vida que rompe y trasciende cualquier idea o cálculo cotidianos.
En ese estado místico no se distingue el cuerpo de la mente ya que todo cobra vida, imbuido de una misma esencia; incluso se dificulta diferenciar qué es uno y qué es naturaleza, pues hasta las piedras y el piso se dotan de respiración. A pesar de que la mente no entienda, es debido entregarse a la experiencia y sufrigozar ser poseído por la fuerza salvaje de la vida antes de poder resurgir a la luz, como una serpiente que deja atrás la vieja piel. Y es que, ¿dónde termina la pequeña mente personal y comienza la Gran Madre que sostiene cuanto es y de cuyo vientre nacen los seres, que es, a la vez, la parca muerte?
El contexto del culto está diseñado para eso, para que los fieles deshagan sus límites mentales, mueran a ellos, quiten el temor a la muerte y vuelvan a nacer, con mayor espacio interior y más confianza real en la vida. Ver a través de la ilusión de las ideas y dejar atrás toda autoimagen da una valoración nueva de sí y de lo que se considera real. Se cumple el propósito del ritual: encantar el corazón en que se manifiesta la gracia y por ende se religa, aunque por un eterno instante, a la unidad. Por eso al kykeón se le denomina enteógeno, que en griego significa que genera lo divino dentro. ¡El éxtasis de participar de la unidad sagrada es inefable, incomunicable!
De esta forma, el kykeón presenta equivalencias con la antigua bebida sagrada indoiraní (Soma-Haoma) en tanto que, como aquélla, proporciona una existencia más serena y próspera en esta vida, al morir a lo innecesario y una dichosa inmortalidad al entrar en comunión con la existencia. El soma védico confería la embriaguez divina y la inmortalidad en la tradición brahmánica, y según algunos estudiosos se obtenía por fermentación de la planta asclepia acida; según otros, como Gordon Wasson, pionero de la etnomicología, de la muscarina procedente de la amanita muscaria.
También hay quienes sostienen que el kykeón o agua de cebada sacramental, que se tomaba en otoño (época de las setas, consideradas por los griegos como el alimento de los dioses), llevaba psilocibina, extracto de la seta alucinógena Psilocibe semilanceata, además de muscarina y tizón u hongo del centeno. Era una bebida sagrada.
ॐ
«El mundo es un vasto sueño, soñado por un único ser, pero de manera tal que todos los personajes del sueño sueñan también. Por eso todo interactúa y se armoniza con todo lo demás.»
Arthur Schopenhauer
Poesía mística

Entréme donde no supe
Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde entraba
pero cuando allí me vi
sin saber dónde me estaba
grandes cosas entendí
no diré lo que sentí
que me quedé no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad
entendida vía recta
era cosa tan secreta
que me quedé balbuciendo
toda ciencia trascendiendo.
Estaba tan embebido
tan absorto y ajenado
que se quedó mi sentido
de todo sentir privado
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
El que allí llega de vero
de sí mismo desfallece
cuanto sabía primero
mucho bajo le parece
y su ciencia tanto crece
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Cuanto más alto se sube
tanto menos se entendía
que es la tenebrosa nube
que a la noche esclarecía
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan emprender
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Y si lo queréis oír
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divinal esencia
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo
toda ciencia trascendiendo.
San Juan de la Cruz
ॐ
Talleres MieL

Santa Elena, Antioquia



Voz de tu vientre, Arbeláez, Cundinamarca



Villa de Leyva, Boyacá
ॐ
CreArte MieL

Confía
Mi voz se trepa en el aire
como hoja que lleva el viento
En lo profundo del suelo, quién,
¿quién escuchará mis ruegos?
Mi canto es un pez de río
arrastrado por las aguas,
hasta el mar profundo y hondo,
¿a dónde irán mis sollozos?
Confía, Confía, Confía
Mi pecho es una montaña
Verde que brota de mi alma
¿A dónde irá dime dónde,
el amor que yo te he dado?
Mi alma es un leño viejo
que cruje bajo las llamas
del fuego de vida eterno
¿qué seré cuando haya muerto?
Confía, Confía, Confía
Cata Salguero
ॐ

Dibujo producto de nuestro programa con minidosis Cultivando el Correcto Temple, abril 2023.
María Patricia Gómez Vera
ॐ

Me arraigo en tierra fértil y me yergo con toda mi estatura creando abundancia y prosperidad en mi vida.
Dibujo hecho en el marco de la línea de investigación sobre la identidad.
Diego Nicolás Rodríguez
ॐ
Escritos desde y con la medicina
Soy árbol que respira. Ahí estoy y he estado siempre.
Doy la vida a través de mi respiración.
Soy fuerte y muy antiguo.
Tengo mi centro dorado colmado de lava de volcán.
Soy jaguar que protege. Guerrero de la vida que gruñe si es necesario.
Soy árbol-volcán-jaguar.
***
Todo tiene que ver con todo. El cuerpo con la montaña. La política con el corazón. El alimento con el pensamiento. El sexo con el fuego.
***
Sudo. Mi camiseta está empapada. Entro en un tiempo no tiempo. Siento que mi vientre es el vientre de la Tierra. Me siento un árbol enorme que respira como parte del todo. Siento el ir y venir de la respiración de la tierra, sobre todo al exhalar.
Es muy intenso, profundo, verdadero. No hay miedo. No hay vanidad. No hay ambición. Solo deseo por estar y crear. Un amor genuino por todo; por cuidar.
***
Cortar el flujo. Dispersarse. Distraerse con cosas que no son importantes. Volverse muy mental. Desconectarse de la tierra. Del cuerpo. De lo que da vida. Enceguecerse. Embrutecerse. Perder la conexión. Y luego, solo respirar. Ahí está todo. Pero no desde la mente. Sino desde el cuerpo. Estabilizar la mente para sentir: para sentir verdaderamente; para que el Todo fluya a través nuestro y nos fundamos en una sola presencia de amor y fuego. Me doy cuenta del volumen de las palabras y del silencio: apreciar solo decir cosas que valga la pena decir.
***
Rendirse a algo más grande. Solo desde nuestra profunda humildad sobre lo insignificantes que somos podemos recuperar nuestra capacidad de asombro de lo infinito y fundirnos en él. Adorar. Permitir que lo que es sagrado entre en mí. Construir la vida práctica para que gire alrededor de esta premisa. Todo lo demás fluirá. La vida proveerá. Eso es lo que hay que querer con pasión y ardor.
***
Somos una comunidad que va emergiendo de manera orgánica. Nos vamos sanando.
La Tierra nos convoca. Nos vuelve sus emisarios de una red descentralizada, sin estructuras ni jerarquías. Es un contrapoder que opera a otro nivel y desde otros lugares.
Compartimos un propósito y un sentir común, que Ella nos define: cuidar la vida desde su Esencia.
La Tierra me transmite la importancia de conocer y aprender de líderes espirituales y de pensamiento para la vida no occidentales, que tienen mucho que enseñarnos.
También me invita a explorar cómo sanar(me) para ofrecer caminos desde el Alma a jóvenes que están de nuevo ingresando a la guerra en Colombia. Me interpela a pensar cómo reencauzar esa energía masculina, tan llena de fuerza pero tan perdida y desenfocada, hacia el cuidado de la vida. Me transmite la necesidad de trabajar desde la visión mítica, desde los ritos de paso, desde la conexión profunda con nuestro propósito en la Tierra.
***
La violencia, puedo intuirlo con la Medicina, es, en esencia, pura falta de comprensión que se convierte en miedo al Otro. Sin embargo, para todos hay alimento, fuego, vida. No hay por qué tener miedo. Solo hay que confiar. La Tierra nos provee. Y necesitamos retomar la vida en comunidad. Hacemos parte de un Todo que nos cuida y nos ama.
***
Siento un amor enorme por la Tierra.
Quiero caminar sus ríos y valles.
Me conecto con un tiempo profundo, con todo el viaje que ha hecho la Tierra para permitirnos estar acá. La siento como una Madre sabia, generosa, que no hace juicios. Que fluye, que crea y recrea todo una y otra vez.
Andrés García Trujillo
7 de marzo de 2023
ॐ
«Siendo que soy una gota del océano divino,
¿cómo podría yo decir menos de mí?»
Jyotish
Relatos del alma

La voz de mi vientre
Desde que me enteré de que existía el taller Voz de tu vientre, mi reacción fue de huida. Me generaba curiosidad adentrarme en los misterios de la medicina sagrada, pero me aterraba adentrarme en los misterios del útero, órgano que me duele en pasado, presente y futuro.
Nunca conocí al útero que me gestó. Crecí sin enterarme que no era producto del de esa madre maravillosa que me cuidó. Una madre que, preocupada de no poderme amamantar, me sobrealimentó. Me nutrió siempre más de lo necesario, en todos los aspectos de su maternidad, manteniéndome pequeña. Esa madre siempre temió que yo supiera la verdad, siempre temió perderme, tal vez porque siempre supo que no era suya.
Y así, sin saberlo, le fui tan leal a su útero que no me fue posible siquiera pensar en otro que no fuese el suyo, aún menos darle lugar…, ni siquiera al mío. Cinco embarazos a lo largo de mi vida…, seis hijos…, ninguno nacido.
¿Qué se hace con esa gran vocación de madre cuando no se puede gestar en ese útero invisibilizado? Se llena de miomas, porque es más fácil eso que sentir el vacío. El vacío de la ausencia, del útero desconocido, de la madre sobreprotectora.
El vacío que se llena con comida, con trabajo, con recuerdos, con objetos. Y se llenó tanto que tuvieron que cortar mis entrañas y ahora amenazan con sacar ese órgano al que nunca le di lugar. Necesitaba al menos despedirlo y así fue como decidí dejar de huir y enfrentar ese taller que tanto evité.
Lo primero que descubrí es que en mi tentativa de llenar el vacío no dejo que nada salga, ni siquiera mi voz. Qué difícil resulta algo tan natural como respirar. Llevar el aire a cada célula de mi cuerpo con la ilusión de llenarlas de vida es un acto que se ve truncado, pues no lo logro sacar con la fuerza que requiere el sonido. Luego descubrí mi útero. ¡Lo encontré! Lo sentí bajo capas de grasa con las que había logrado esconderlo para no tener que hacerlo consciente. Ahí está. Adolorido. Herido. Acunando las partes más sombrías y sensibles de mi historia, pero aún vivo, esperando que lo mire.
Cuando llegó la medicina, él comenzó a crecer y crecer, y crecer, hasta hacerse gigante. Con gran facilidad, mi útero acogía las emociones de los demás, sus cuerpos, la Tierra entera. Cada llanto que escuchaba se depositaba dentro de esta panza que no parecía poder parar de crecer. Pero no estaba gestando, solo conteniendo como contengo a diario. Eso me mostró la medicina, que soy un gran contenedor al que le cabe la Tierra entera. No me pesaba. No me molestaba siquiera. Pero no estaba gestando. Y me preguntaba ¿qué falta para transformar eso que estaba adentro?..,. porque no se trata solo de contener sino de transformar y devolver a la Tierra. ¡Parir!
Pero, ¿cómo parir sin soltar? ¿Por qué cuesta tanto soltar? Ya una medicina anterior me había mostrado que necesitaba soltar. Aún así retengo y retengo, y retengo…. ¿A qué le tengo miedo? ¿A la pérdida? Ya perdí lo que más temía perder… No, ese miedo no es mío. Y así fue como entré en mi panza y escuché la voz de mi mamá, la del útero desconocido, diciéndome: “quédate ahí”. Y me llegaron muchos recuerdos de la otra madre que simbólicamente me metió en su panza toda mi vida.
Nunca habían estado mis dos madres tan cerca en un mismo espacio. A las dos les pude decir cuánto las amaba. Y es que ese amor que sentía era para las dos y era infinito. Tan infinito como mi panza gigante de la que ahora necesitaba nacer. Pero antes, llegó mi exesposo y, sin pensarlo un segundo, me escuché diciéndole: “Tienes mi bendición para tener tus hijos. Deseo de corazón que encuentres tu felicidad”. Luego apareció mi acosadora, la última persona que esperaba encontrarme; me permitió decirle: “Gracias por enseñarme el riesgo que conlleva contener en mi panza sin saber soltar”.
Había una tortuga enterrando sus huevos en la arena por ahí. De repente mis manos se movieron, eran las manos de un bebé que acababa de nacer. Ese fue mi viaje, un viaje que, lejos de ser una despedida de mi útero, me enseñó a honrarlo y a darle su lugar: el centro de mi poder creador.
Al día siguiente, cuando por fin salió mi voz al interior de una esfera que me contenía, me descubrí como una bruja poderosa que maneja a voluntad los cuatro elementos de la naturaleza. Sí, mi útero es un lugar de poder. Un lugar de creación. Un lugar de energía vital. Y la tarea ahora es aprender a cuidarlo y permitirle a la Gran Madre que actúe a través suyo.
¿Y la tortuga? Es justamente todo eso. El símbolo de la maternidad, la protección, el contacto con la Tierra (la Madre Tierra). Es el animal que me guiará en el nuevo camino que se presenta ante mí.
Paola María Akl
Testimonio en el taller Voz de tu vientre, julio 2023
ॐ
Gratitud íntima
“Tan linda la niña, tan juiciosita, siempre quietecita”, contaba con orgullo mi mamá. ¡Y esto me sonaba taaaan raro! Me costó casi dos décadas entender que esa también era yo. La niña miedosa…
Me reconocía, en cambio, con orgullo como la adolescente rebelde que se expuso a múltiples riesgos en el ámbito de vida artística; la que encontró en el teatro un espacio de exploración y encuentro con un yo más auténtico y, al mismo tiempo, en el que arriesgadamente convivía en un entorno lleno de bareta, birras, ralles, chuzos, rones, guaro y otras tantas alimañas dionisiacas.
En aquel entonces, nunca probé la droga. Mis amigos teatreros, borrachines y drogos no me dejaron hacerlo. Protegieron a mi doncella otorgándome el gozo del arte y el cuidado del exceso en una forma que parecería inverosímil a los ojos de mis padres —que vivían aterrados con el mundo dantesco elegido por su cría.
Con los años fui encontrando otro mundo de alucinaciones asociado al Camino Rojo y la vida verde que ha sido hogar y refugio para tantas de mis andanzas. Rapé, kambo, mambe, niños, venadito, ayahuasca… empezaron a aparecer en el sendero de mi joven adulta con el título de camino espiritual; estas formas dionisiacas resonaban más con mis búsquedas.
En la segunda década de mi vida tuve mis primeros acercamientos, con profundo respeto (culillo reverente) al mundo de estas medicinas y empecé a experimentar el poder de las plantas como un potente medio de expansión para integrar las diferentes formas de mi humanidad.
Esta oferta del mundo de la Pachamama bajo el título de libertad y conciencia me atraía, sin embargo, me molestaba la imposición de “tienes que hacer ‘x’ para ser…; si vas a esta ceremonia serás mejor, si tomas esta medicina serás más pur@; si te pones este amuleto serás…” Con esa interminable lista de requisitos para ganarme el uniforme del reconocimiento de Ser fueron creciendo mis resistencias…
En este nuevo Camino con CoRazón el ritmo del encuentro expansivo lo pongo yo. La decisión de abrirme a las medicinas es solo mía y no tengo que hacer nada al estilo de nadie. Eso me ha permitido saborear con calma cada viaje. El tiempo que me doy entre medicina y medicina me ha permitido apreciar su magnitud a lo largo de los meses, y aún hoy acaricio sus tesoros…
Casi dos años después de mi primer M sigo viviendo el poder de aquel hallazgo: mi madre también tiene alas para volar conmigo … Tal vez siempre las tuvo, solo que me sentía tan aprisionada luchando con sus NO que me resultaba imposible verlas.
Aún hoy, nueve meses después de que en una toma de niños reviviera el nacimiento por cesárea de mis hijas, me veo llamada a parar y decirme Gracias cada que acepto que alguien me ayude a realizar los sueños, he aprendido a honrar mis esfuerzos y agradecer la ayuda de otr@s (especialmente de los más cercanos) sin sentirme amenazada o incapaz…
Las mini dosis de Lucy todavía me habitan y cada vez que necesito afrontar conversaciones difíciles con quienes amo recuerdo que sé pausarme y escuchar los pájaros en medio de la tormenta. Traigo mi atención al respirar y me conecto activando el placer, incluso en medio de las diferencias…
Escribo estas líneas como una forma de seguir honrando el valor expansivo de las medicinas durante todo el viaje de la vida… no se trata solo de ir a una toma. Se trata de acceder a mis sombras desactivando temporalmente los mecanismos anquilosados que mi cerebro, como el de todos, crea para resguardarme de amenazas que ya no existen o que puedo afrontar de nuevas maneras. El mensaje psiconáutico continúa presentándose después de cada viaje como una oportunidad para seguir navegando en consciencia plena el Camino con CoRazón que cada un@ va tejiendo.
Luchy
@LuchyLuzElena
ॐ
La voz del chela

Mente de principiante
Te escucho lejos y estás lejos.
También te siento cerca y estás cerca.
Desconozco de dónde vienes,
pero intuyo dónde estás.
Aunque tan distintas sean tus voces,
presiento el sabor de tus palabras.
Te sé sabia,
por eso asiento a lo que me dices.
Confío,
porque yo mismo soy lo que tú eres.
Eres el vacío sin forma,
Eres el misterio del que todos venimos,
Eres el silencio detrás de todas las palabras,
Eres aquello que siendo nada ha estado ahí siempre.
Te sé presencia.
Estásiendo aquíahora.
La vibración vacía,
¿Es tu voz, o será la mía?
Ce León
ॐ
Testimonio Diplomado en Psicología y Psicoterapia Transpersonal

«Vivir estas experiencias con Medicina Sagrada han transformado la manera en comunicarme, no solo con mis hijos y familiares, pero conmigo misma. Me ha permitido tener un mejor entendimiento de las situaciones que viví en mi pasado, dándole una claridad y comprensión, pero a la vez un sentido. Eso ha permitido que me amiste.
La medicina me ha entregado una gran responsabilidad, pues la información que ha emergido en cada una de mis tomas ha sido contundente y se presta para hacer un trabajo personal profundo.»
Anónimo
«El descenso a los infiernos es un viaje hacia las partes de nosotros mismos que están separadas, repudiadas, que son desconocidas, no deseadas, proscritas y exiliadas en los diferentes mundos subterráneos de la conciencia […]
El objetivo de este viaje es reunirnos con nosotros mismos. Esta vuelta a casa puede ser sorprendentemente dolorosa, incluso brutal. Para realizarla, primero debemos aceptar no exiliar nada.»
Stephan Cope
Red de Indra anteriores
Nuestro proyecto va creciendo con cada nueva entrega de este esfuerzo conjunto. Te invitamos a leer nuestros números anteriores. Sigamos nutriendo esta comunidad en busca de más verdad, belleza y bondad en la vida de todos.
ॐ
NOTICIAS Y VARIOS

“Church of psychedelic science :
On the showroom floor, hundreds of exhibitors showcased their oddities and attractions in a scene reminiscent of the traveling circus that descends upon Macondo in Gabriel Garcia Marquez’s One Hundred Years of Solitude.”
“Iglesia de la ciencia psicodélica:
En la sala de exhibiciones, cientos de expositores presentaron sus atracciones y rarezas en una escena con reminiscencias
al circo ambulante que desciende sobre Macondo en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.”
Dennis Walker
Jefe de MAPS, acerca del Congreso Psychedelic Science 2023 en junio pasado, Denver, Colorado
“No es que yo esté viajado, es la cultura que está cambiando”, Doblin
Así dio inicio Rick Doblin a Psychedelic Science 2023, un evento de cinco días que reunió a más de 12.000 participantes, 500 oradores, decenas de expositores de todo el mundo en Denver, Colorado, para hablar sobre el ecosistema actual de los psicodélicos. Fue la cuarta convención de este estilo organizada por MAPS, la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos, que la catalogó como la “conferencia psicodélica más grande de la historia”.
Contó con once escenarios distintos, algunos con eventos en simultáneo, en los que convergieron personas en busca de negocios y oportunidades comerciales, interesados en perspectivas de legalización, pueblos indígenas con sus saberes y cultura, el campo de la medicina e investigación científica, modalidades alternativas de terapia y salud mental, y una comunidad cuya aproximación a las sustancias expansoras de conciencia cambia y marca el tan anhelado final a cinco décadas de guerra contra las drogas.
Entre las sorpresas que trajo la convención para sus comentaristas estuvieron sus participantes, que se hicieron notorios por su “normalidad”, así como la logística, que demostró cordura y orden: “lo más llamativo podría ser lo normal que parecía todo. Esto no era Burning Man, ni mucho menos La gente era generalmente autosuficiente y de buen comportamiento ¹”. Las fuentes informativas y redes resaltan con insistencia este hecho, hasta un medio de comunicación titula: “La conferencia psicodélica más grande de la historia es sorprendentemente cuerda y sensata ²”. Surge de allí también la polémica en cuanto al acceso e inclusión, tanto a los psicodélicos como a la convención, cuya entrada más económica, a algunos eventos de tan solo tres de los cinco días de encuentros costaba USD $ 805.
Si bien el espectro temático cubierto por la convención fue amplio, su enfoque se centró principalmente en los psicodélicos en tanto herramientas terapéuticas y sanadoras, así como en el uso y acceso responsables. Doblin expresó: “Creo que el acceso totalmente globalizado a la terapia asistida por MDMA puede conducir a un mundo de trauma cero neto” y esbozó que esto podría ser un hecho para 2070. A su vez, Roland Griffiths, Ph.D., director del Centro de Estudio sobre Psicodélicos y la Conciencia de la Universidad Johns Hopkins, abordó la comprensión sobre la muerte y la existencia en un conmovedor discurso ante una audiencia de más de 5.000 asistentes. Griffiths afronta un cáncer de colon en etapa IV y presentó un cierre reflexivo a su trabajo de vida, destacando que el potencial de los psicodélicos trasciende el tratamiento de enfermedades y radica en la exploración de los misterios de la conciencia.
Se hizo notorio en las conferencias que los estados a los cuales se accede con los psicodélicos, si bien sacuden patrones establecidos, por sí solos, no ofrecen soluciones directas y por ello, a menudo su toma se acompaña de terapias que puedan brindar formas de estructurar la comprensión de la experiencia (integración), con miras a beneficios para la persona. Este marcado interés llevó a que, por ejemplo, se llevaran a cabo sesiones para veteranos que luchan contra el PTSD durante la convención, y charlas de investigadores en torno a ensayos clínicos que examinan la terapia psicodélica para pacientes en cuidados paliativos.
Otro punto álgido sobre la mesa resultó ser el peso dado a quienes participan y lideran el auge psicodélico del momento. ¿Quiénes están narrando su historia y quiénes aparecerán allí como sus protagonistas y principales líderes? Paul Stamets hizo un llamado a un reconocimiento mayor y más preciso de las mujeres históricamente importantes, así como de los curanderos indígenas que han contribuido al movimiento psicodélico. En la ceremonia de clausura de la convención, una protesta indígena interrumpió el discurso de cierre de Doblin. Los manifestantes acusaron a MAPS de no proporcionar suficientes recursos para que los ancianos sabios de las comunidades asistieran y participaran del evento, cuestionaron la baja cantidad de panelistas y discusiones en torno al saber indígena y advirtieron sobre el peligro que subyace a la introducción de plantas sagradas en el comercio.
Psychedelic Science 2023 comprende un nuevo intento de dar entrada en la sociedad a los psicodélicos a nivel global, en el cual se estructure su impacto cultural y societal, de tal manera que no cunda el pánico moral y reemerga el escenario de prohibición y condena de la década de 1960.
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