La Casa del Alma.
El camino espiritual consiste en explorar y jardinear nuestro mundo interior, la casa del alma. La misteriosa casa del alma se compone de nuestro mundo interior (emociones, imaginarios, creencias, sentipensamientos, complejos y sueños, representaciones simbólicas, subpersonalidades, luces y sombras, etc.), en el que el intelecto es una superficie. Desde que fuimos engendrados hemos bebido del mundo interior de nuestros padres, quienes a su vez tomaron de los abuelos, ad infinitum. Así, enormes, profundas corrientes de alma heredada (lo inconsciente familiar, étnico y colectivo) nos habitan, del modo en que nuestro ADN antecede la historia.
Cada quien vive y es vivido por su casa del alma, la que a menudo pretendemos controlar. Para poder discernir esto con más claridad, quiero que detengas este momento a ver si eres tú o no, quien elige el próximo pensamiento que vas a tener. Trata de NO PENSAR y observa: ¿Decides tú qué pasará por tu cabeza en dos, tres segundos? ¿Logras darte cuenta de que, más que tú pensar, un tren de sentipensamientos no voluntarios se impone, sin permiso, imparable, en tu mente? La cuestión es: si tú NO eliges ese paisaje mental, ¿quién lo decide?, ¿qué lo pone en ti?
Si bien el alma tiene vida propia, cuesta reconocer que corre suelta (por sí misma) y nos posee sin que logremos detenerla. Ese hecho asusta tanto que preferimos ignorarlo. Asusta, ya que compromete nuestra ilusión de libertad, puesto que creemos que somos nosotros quienes dirigimos los asuntos del alma, no al revés. Y también empequeñece nuestra ilusión de grandiosidad, pues casi todo el ruido mental del que somos presa es innecesario y nos limita. Es de carácter autónomo; se activa solo, a partir de estímulos, como cuando oímos un estruendo o vemos algo y reaccionamos sin proponérnoslo. En la interdependencia de todos los fenómenos, alguna moción (emoción, creencia, complejo, imaginario, subpersonalidad) activa resortes en la casa del alma, incluso si solo vemos la manifestación exterior.
Es fácil admitir que los sueños no se eligen a consciencia. Pero solemos engañarnos al asumir que elegimos nuestras reacciones y sentipensamientos. Ciertamente, no elijo a cada minuto cómo pulsa mi corazón, ni de qué manera mi estómago digiere aquello que como; del mismo modo que no logro controlar qué pasa por mi cabeza. Sin embargo, cada decisión tomada a lo largo de años y décadas sobre lo que pongo de comer en mi boca y el ejercicio que hago o dejo de hacer, por supuesto afecta el estado de mi corazón e impacta mi tracto digestivo. Igualmente, cada idea a la que doy atención y entretengo logra un impacto. Dicho al revés, mi casa del alma se pinta de los grafitis mentales y huele a lo que presto atención, lo cual corre por sí mismo sin control de mi parte. Dado que hemos vivido décadas, siglos a ciegas, cultivando no merecimiento, sensación de estar en falta, culpa y miedo, nuestra casa del alma yace repleta de trampas espantosas.
Solo desde un deseo muy consciente y profundo de ganar libertad interior es que logramos aplicarnos a pensar bonito. El resto del tiempo, debido a la cómoda inercia y pereza cognitiva, somos presa de la información que traemos puesta allí. Y pensar bonito exige abandonar nuestra tendencia a posturas de víctima e impotencia. Más aún, implica discernir entre las consecuencias de pensar bonito y los vicios ya adquiridos. Es ahí donde comienza la maestría del despertar.
Así como un campesino elige qué sembrar y apunta a cierto producto final en su huerta, confiando en que la vida le bendecirá con una buena cosecha –siempre y cuando madrugue a tender su huerta y desyerbe aquello que no beneficie su plan final, cuide con esmero las semillas que desea que crezcan y se propaguen–, así mismo se puede jardinear la casa del alma, con diligencia y esmero. ¿Quién, entonces, la cuida?, ¿quién la tiende y jardinea? El maestro está en nuestro interior.
El paso a regalarse ahora es darse cuenta de que podemos, ¡mejor aún!, queremos tender y cuidar nuestra casa del alma. Deseamos más libertad interior, más agilidad y más habilidad para responder y vivir. Una casa inmensa, repleta de cuartos, unos tristes y rabiosos o con demonios asustadores y vergüenzas, otros más alegres; una casa con zarzo y buhardilla desde donde solemos ver el rosado horizonte de esperanzas, y también un sótano oscuro de míseros dolores negados, y un bello jardín salvaje, que da a un bosque donde se mezcla con el bosque de los hermanos, tíos y afines, con tesoros escondidos y feos secretos de familia, como aquella voz callada, hurto, quiebra o violencia pasiva, aquel excluido, suicida o trauma negado, aquella mano peluda o aborto, en fin…
No somos las historias ni los relatos que nos contamos. Pero lo negado, de lo que huimos, nos persigue tal como una sombra sigue, leal, a su cuerpo. Desde esta perspectiva, hemos de entrar a cada uno de los cuartos y rincones de la casa del alma, reconocer su cuento, enfrentar ese demonio y tema específico; sentirlo, hasta que lo sepamos saborear y podamos bendecir → decir bien de ello, es decir de nosotros. Por cierto, es lícito negociar consigo mismo y posponer cierta tarea, mas no sin definirla. Si queremos saborear paz y gozo en esta vida, ¡y sí que lo queremos!, nuestra alma exige visitar cada uno de sus espacios, los más temidos y recónditos, y amistarlos. Para lograrlo es debido, más temprano que tarde, limpiar y pacificar todo emocionar y rincón del alma. Es menester ver y saber qué trae su pequeña gran historia, cuál significado le hemos dado, y donarse el presente, ahora. Es el triunfo del héroe. Saber, sabiduría, pasa por sabor, de saborear. De lo contrario, seguiremos siendo controlados y poseídos por el programa heredado de estar en falta y no merecer que, de por sí, trae la casa del alma.
Ser un guerrero espiritual, dice Chögyam Trungpa Rimpoche, es una conquista, y no implica derrotar algo, sino estar dispuesto a encarar y encarnar verdades más grandes y nítidas, con menos carga y defensa de nuestra parte. No es imaginando Budas que despertamos, sino trayendo luz a nuestras zonas oscuras, añade Jung. En esto consiste el camino espiritual, el camino con corazón, en jardinear más verdad, más belleza y más bondad, hasta regalarse el presente.
ॐ
Herramienta

Mapa RAIN
El mapa RAIN es una herramienta de la práctica budista para trabajar con situaciones y emociones difíciles y ayudar a ganar consciencia y a cultivar compasión. Deletreamos RAIN en vertical, y cada letra nos sugiere una búsqueda y curiosidad para conocer mejor algo nuestro implicado en esa situación o emoción.
R econocer, recordar
A ceptar, amistar
I nvestigar, indagar
N o negar nada, negociar, nutrirse con bondad
En el mapa RAIN, la R nos recuerda que estamos en un viaje al corazón, así que R es recordar (¿a qué me sabe esta situación?, ¿de qué me recuerda?), reconocer cada emoción, actitud o reacción que tenemos, y ver nuestra dificultad para aceptar emociones o verdades complejas, difíciles. Puedo por ejemplo, reconocer “tengo rabia con fulano y no quiero verle,” y reconocerlo puede implicar sentir culpa y dolor. Así, nuestra investigación propiciada por la R puede abrir puertas, y de eso se trata, de auscultar las honduras del ser.
La A nos invita a aceptar eso que vamos recordando y reconociendo en nosotros. Podemos a veces toparnos con la aceptación de una imposibilidad momentánea, como por ejemplo, si reconozco que “de todos modos tengo que verle tarde o temprano, aunque no quiera, no puedo escapar de las emociones implicadas”. En este caso, acepto que ahora no quiero verle, quizás más adelante, e iré amistando ese asunto.
La I es investigar, indagar, despertar la curiosidad sobre sí mismo y los fenómenos que me atraviesan; acechar, notar e indagar cómo se reflejan en el cuerpo las actitudes y dinámicas, eso que vamos reconociendo y aceptando.
La N señala no negar nada que vamos reconociendo, y negociar en el sentido realista. También no identificarte con lo que aparece en tu campo de consciencia. No eres los pensamientos, ni las emociones, recuerdos o deseos. Al hacer esto, puedes nutrirte de más bondad en tu realidad y afrontar situaciones desafiantes con mayor paz interior.
ॐ
Mito

Sísifo
Según la mitología griega, Sísifo fue un gobernante ambicioso de gran astucia que hacía uso de la violencia para perpetuarse en el poder. También se valía del engaño para obtener lo que quería e imponía su voluntad burlando las normas de Zeus a los mortales; llegó incluso a enredar a Tánatos, la muerte. Como castigo, Sísifo perdió la visión y se le impuso arrastrar una roca cuesta arriba eternamente, para que, al momento en el que se aproximara a la cima, esta se deslizara nuevamente hasta el valle desde el que había iniciado la subida.
Para el filósofo existencialista Albert Camus, el mito de Sísifo representa el esfuerzo inútil e incesante del hombre. Camus se valió del mito para denunciar la condición humana, determinada por el absurdo, y escribió un ensayo al respecto en el cual cuestiona el sentido de la vida y se adentra en el tema del suicidio.
Te proponemos una lectura alternativa del mito, como metáfora del ego que trata de alcanzar el éxito, mas nunca llega a estar satisfecho. ¿Cuán a menudo te has visto en el ejercicio de creer que ya vas a coronar un logro y algo sucede y se te frustra el plan? Se te escurre por entre los dedos una situación que creías haber agarrado, es el eterno retorno a la sensación de “otra vez no lo logro”, como si hubiese una ley de fracaso, una tragedia eterna.
También sucede que nos ponemos metas cambiantes y cada vez que las alcanzamos, pasamos a una siguiente: más exigente, más lejana, y luego a otra que la supere. Y así, perpetuamos un estado de inconformismo, una obsesión con alcanzar la perfección en todos los aspectos de la vida. Pero siempre hay una roca que regresa al valle y lo ha hecho tantas veces que lo volvemos un ritual de empujar, cansarnos, soltar, para luego tratarnos mal, un regaño interno, que en ocasiones ha durado décadas.
Este ritual es un movimiento orientado hacia afuera, hacia el hacer, estar o tener; este nos distrae de nuestro ser y de la posibilidad que tenemos de investigar aquello que nos impulsa a mover esa roca constantemente, ocultando sentipensamientos que solo emergen al parar: miedo, ira, vergüenza, culpa, juicio, desilusiones, rupturas no atendidas… En el fondo, usualmente hay dolor ignorado.
Pregúntate para qué y para quién es todo este esfuerzo, ¿qué esperas que digan de ti o qué no quieres que vean?, ¿qué buscas compensar o evitar? Permítete sentirte y reconocerte sin ese afán, sin ese impulso. ¿Qué hay detrás? Siéntete, sincérate contigo, con mucho Maitri. Abrázate allí, en ese vacío, con la curiosidad de tu ser. Evita el afán por resolver que, en sí mismo, se convierte en una piedra más.
El mito plantea que nunca vas a poder subir la roca ideal a la loma más grande, no por ello te debes quedar sin hacer, encuentra un punto medio: el adulto pleno, coherente con el principio de realidad, cede y amista. ¿Cuál es la roca que sí puedes manejar? Procura ser más generoso contigo, y a la vez, actualizar y aterrizar los poderes que tienes en tu vida adulta.
ॐ
Talleres MieL




La Calera, febrero 2023




Cocuyos, febrero 2023
ॐ
La voz del profe
Conocimiento y experiencia. Mínimos de un acompañante psicodélico
Cada vez más aparecen “acompañantes psicodélicos”, incluidos médicos, psicólogos y psiquiatras, los cuales empiezan a recomendar psicodélicos sin haberlos tomado tan siquiera en microdosis. También, cada vez más es usual que acompañantes de estos procesos digan a las personas: “si estás tomando medicamentos solo debes pararlos tres días y ya estás preparado para tomar los niños”. Y no, colegas, tan riesgoso es lo primero, como lo segundo. Nada más imprudente que tomar psicodélicos con un acompañante que no los haya experimentado, y nada más temerario que atender una recomendación de alguien que no sabe de lo que habla. Para recomendar o facilitar psicodélicos, primero hay que tomarlos, y no un par de veces. Se necesita mucha experiencia con ellos y conocer de primera mano lo que estos incitan. Y para recomendar o no parar una medicación, primero hay que comprender esa medicación, para qué se toma y cómo se comporta, y luego hacer o no una recomendación. Para eso se necesita estudio, preparación y conocimiento.
Así, pues, conocimiento y experiencia son dos de los mínimos éticos que un acompañante psicodélico debe tener (otros mínimos son salud mental, madurez emocional, templanza espiritual, respeto etno y ecoambiental, entre otros). Conocimiento es tener la información suficiente y necesaria para saber, por ejemplo, cuándo los medicamentos en interacción con los psicodélicos pueden potenciar sus efectos, reducirlos, o hacer concentraciones tóxicas en el organismo que lleven a serias complicaciones (por ejemplo, hongos psilocibios y litio). Además, el tema no es solo cuestión de que tenga o no efectos tóxicos. Suspender un medicamento de toma diaria también puede conllevar graves desajustes homeostáticos; por ejemplo, con la tiroides si se toman hormonas tiroideas, con la presión si se toman antihipertensivos, con la glucosa si se toman hipoglucemiantes, o con la salud mental si se toman psicofármacos. Entonces, el conocimiento técnico de estas sustancias y sus combinaciones es algo que, incluso, el indígena que comparte medicina con “occidentales” debería tener, sin dejar de lado que el tomador de estas sustancias tiene una responsabilidad capital en esto.
Y de otro lado está la experiencia. Esa sabiduría viva que se adquiere en el hacer. Esa gnosis que solo se aprehende en estrecha y honesta relación con las plantas, o con la naturaleza que las alberga, o con los ancestros salvaguardas de ese cuerpo de secretos que por mucho, son más que curanderiles. Esa criptoinformación que el mismo misterio de la existencia a través de nuestros ancestros y la toma repetida de plantas visionarias nos va entregando, y que como especie vamos descodificando muy limitadamente para sanarnos, para cuidar nuestro entorno, para inspirarnos, para buscar armonía… aspectos que definitivamente no desplegamos ni desarrollamos leyendo un libro, o con una microdosis, o con una macrodosis de un fin de semana. Entonces, ¿será necesario estudiar y también tomar sustancialmente psicodélicos para recomendarlos o facilitarlos? La respuesta rotunda es sí. ¿O conocen a alguien que haya adquirido experiencia a través de los libros o haciendo un par de maniobras? El cirujano perfecciona su quehacer cada que opera un paciente, el mecánico cada que interviene un carro y el surfista cada que afronta una ola. ¿Por qué entonces pensar ahora que los que leen o saben de fármacos, o del esqueleto, los músculos o el cerebro son los mejor capacitados para entregar o recomendar sustancias que no han experimentado?
Mientras integramos esto, ya es evidente que, así como el bejuco de Caapi abraza otros árboles amazónicos para sobrevivir, muchas personas abrazan hongos y plantas, también para (sobre)vivir. Por ello, si es que necesitamos acompañantes psicodélicos, estos deberían ser, como mínimo, conocedores de cuestiones antropológicas, psicológicas y médicas; pero más importante que eso, expertos en experiencias con plantas y otros psicodélicos, lo cual no se adquiere a través de libros, ni en una, dos o tan siquiera tres experiencias de fin de semana. Como profesional de la salud, acompañante psicodélico y psiconáuta, estoy de acuerdo con Claudio Naranjo:
No me parece acertada la opinión supuestamente democrática de que cualquiera puede desempeñar el rol de acompañante psicodélico… A la vez, tampoco me parece que sea difícil formar a personas que sin pasar por facultades de medicina o psicología sepan acompañar a otros en su viaje sanador.
No obstante, reitero, estas personas, como mínimo, requerirán mucho conocimiento y sobre todo mucha experiencia.
Jaime Andrés Vinasco Barco
ॐ
«La mejor actitud hacia el viaje psicodélico NO es buscar algo.
Más bien recibe lo que se te muestre y acéptalo.»
La voz del chela

CHELA, palabra tibetana que remite a estudiante del saber profundo, es quien asiste y sirve a otros durante el Diplomado y/o los retiros. El chela es asistente, saborea el lugar medio entre facilitador y consultante, pudiendo así integrar y aplicar saberes y herramientas transmitidas.
ॐ
Ser chela
Cantar en círculo es volver al origen de la humanidad. Tomar los licores sagrados que nos dio la tierra para ayudarnos a comprender quiénes somos realmente es volver al origen de nuestro propósito de estar juntos. Desde que comienza el ritual de la medicina, lo sagrado se posa sobre nosotros como las hojas de un árbol que quisiera acariciarnos. Al principio somos como niños impacientes por comenzar el juego, revolviéndonos en el sitio, los ojos muy abiertos y el ánimo expectante. De pronto, y casi al mismo tiempo, los cuerpos de los viajeros se desvanecen, uno detrás de otro, aquí y allá se hace el silencio, nos visita la calma.
Comienzo a moverme, estamos en la maloka del Arca Verde y el espacio circular permite que desde cualquier lugar se pueda ver todo. Camino en círculo entre los viajeros que, arropados y con los ojos tapados, respiran cada vez más lento. Parece que sueñan pero en realidad están despertando y percibo con mucha claridad cómo la energía se densifica. Algo que no se puede ver comienza a estar entre nosotros. Poco a poco, los psiconautas se adentran en el universo de su alma, lo sé porque su cuerpo, que parece tan abandonado desde aquí afuera donde yo velo, empieza a teatralizar con simples gestos un viaje intergaláctico. Parecen mortales, pero desde aquí uno siente que está en el centro de la Vía Láctea, girando como un cometa entre estrellas que se encienden una a una, que se iluminan hacia dentro, infinitamente, y allá donde nadie puede llegar, se presiente la consciencia divina. Ser chela es guardar la puerta del templo del Dios que cada uno de ellos alberga.
Escucho en mi cabeza la voz que hace un rato me decía que me vaciara, la voz del maestro interno que se proyectaba en un rostro amado y me decía: haz presencia, porque la consciencia expandida del otro te verá y sabrá… pon atención en lo que piensas, en lo que sientes y vacíate para que el otro pueda solo verse a sí mismo; haz que tu ego no estorbe en su viaje sagrado. Lo intenté con todo mi corazón y me complací en la disposición y la entrega totales. Las mujeres sabemos de eso y siempre pensé que era un lujo nuestro eso de saber entregarse, vaciarse para que el otro te penetre y te fecunde. Ser chela es ser el cuenco vacío que una mujer siempre quiere ser.
Los miro de vuelta, a veces furtivamente, y me encuentro que son los hermosos hijos pródigos de sí mismos, felices, cansados, adoloridos. Los escucho hablar y me gustaría encontrar una palabra más grande que “agradecimiento” para describir lo que siento, pero no existe, y quizá no sea necesario buscarla, es la Vida quien nos trajo hasta aquí, solo ella sabe bien porqué y ella no se equivoca nunca. No hay otro lugar donde los que estamos aquí debamos estar. Ser chela es experimentar la inmensa alegría que produce esa certeza.
AnaLu Cárdenas
ॐ

Un bajo relieve de Shiva sosteniendo lo que aparenta ser un hongo, ca. 1200.
¿Tiene corazón este camino?

“… Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Solo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición.
Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que solo se hace un hombre muy viejo. Mi benefactor me habló de ella una vez cuando yo era joven, y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera, Ahora sí la entiendo. Te diré cuál es: ¿tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte.
Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor, ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte; el otro te debilita”.
Carlos Castañeda, Las enseñanzas de Don Juan: una forma yaqui de conocimiento.
CreArte MieL

Un niño en el corazón
Santiago Osorio Morales
ॐ
Oda a las MS
Me acerque a tí, a tu llamado,
dudoso, culposo, temeroso,
irrespetuoso, altivo, anquilosado.
Desconociendo todo tu poder,
la forma como podías doblegarme,
de forma tal para mirarme a mí mismo.
Como no lo había hecho.
Me entregué sin embargo,
con humildad y reconocimiento.
Desafiando y callando voces internas,
tradicionales y conocidas,
para dar mis primeros pasos
en este camino del héroe,
largo y retador.
Y me comenzaste a entregar, a mostrar,
lo que siempre ha estado en mí,
de lo cual me alejé poco a poco.
Comencé a encontrar
que me dejé llevar por lo que debía aprender,
para ser parte de un rebaño,
mirando hacia afuera,
buscando un ideal impuesto,
comparándome con los demás y
tratando de sobresalir y ser visto
de acuerdo con estándares y creencias
impuestas.
Me dí cuenta
de que había vivido mi propia vida
más por los demás que por mí mismo.
Sentí, experimenté
rabia, tristeza, engaño,
vergüenza, miedo, culpa,
tranquilidad, vacío, renovación.
Y aquí estoy, caminando,
buceando, jardineando,
de forma diferente.
Auténtica, mía, personal,
de tu mano, con tu compañía.
Desaprendiendo, reconociendo,
redescubriendo,
sintiéndome, conociéndome,
amándome cada día más.
Carlos Benavides
ॐ

Mujer invisible
ॐ
La Gran Diosa Común-Unidad
Fluyendo en mi sangre están esos momentos atemporales, que quedaron grabados en la eternidad. Esos pequeños momentos que perduran, que iluminan con su luz y tiñen de colores cualquier lugar y momento al recordarlos.
Aquellos encuentros de éxtasis y gloria, cuando se es uno solo con el amor al contemplar las maravillas de la comunión con la unidad.
Vibrando en ese ritmo escribo estas palabras, y sé que lo único necesario es RESPIRAR, traer esos pequeños momentos al presente. Encontrar la eternidad, la atemporalidad, vivir un siglo en un segundo, y ser uno solo con esa vibración, con ese ritmo.
Y así, trascendiendo el espacio y el tiempo, seguir caminando y compartiendo, contemplando hasta el más íntimo soplo del viento tratando de hablarme en mis oídos.
Hallando en mis hermanos, en la naturaleza, o en las cosas, cualquier reminiscencia que traiga voluntariamente ese estado de conciencia al presente.
Elevando la comprensión, entendiendo otros lenguajes, porque todo quiere comunicarse y simplemente es necesario generar las condiciones para entender, el estado de consciencia, el espacio físico, las emociones…
Como todo termina constantemente, así, esta práctica comienza en cada momento, con cada expiración, con cada decisión tomada, cada vez que se observa el resultado de los pensamientos, de las palabras, de los actos, con la auto observación y la atención enfocada.
Gratitud, hacia cada momento, cada persona, cada lugar y experiencia que me ha acercado a esos encuentros con el éxtasis, con el amor, la vibración, y el ritmo, esos que han dado sentido a la vida, y una convicción de mayor trascendencia.
Tal vez algunos de los que lean esto habrán hecho parte de esos encuentros, de esa magia que cada vez se hace más real, a todos ellos ¡GRACIAS!
Manifiesto con esto mi propósito de servir, porque más que recibir y exigir, entiendo que podemos deconstruir y construir la realidad con nuestros actos. Siento el llamado a entregar, a dar. Podemos elegir ser víctimas de los estímulos del entorno, de lo que nos ha enseñado la cultura, de las condiciones limitantes que vienen con la sociedad, la familia, etc., o podemos servir, transformar, dar, empoderarnos como seres activos que generan esta realidad. En cada uno está elegir.
El trabajo empieza desde adentro, en la introspección, buscando la soledad y haciéndose consciente del miedo, del apego, de la fragilidad de lo que se transmite por medio de la palabras, y dándole a tu vida su propio significado, basado en tus experiencias y aprendizajes, en el arte de contemplar y entregarte a observar, sentir y actuar en esta realidad, logrando en este trasegar, la transformación de eso que otros llaman realidad.
Volviendo a la ley de origen, de la que hablan los muiscas, vinimos a cuidar de todo, y de todos, de mí mismo y lo que me rodea.
Oscar Javier Cardona
ॐ

La voz de tu vientre, Marzo 3 de 2023
Manuela Navarro Arias
ॐ
No quieras nada
Entender, poner en palabras, agarrar.
No quieras nada
Ni siquiera capturar esto
Ni siquiera lo que estás pretendiendo ahora: no dejar ir las ideas
Las ideas que igual se te están yendo
No hagas nada tuyo
Déjate tocar sin pretender hacer algo con eso
Se una con las cosas
Y al mismo tiempo no ser nada de eso.
No quieras prolongar esto
Ni aniquilar aquello
No quieras hacer nada con lo que te pasa:
Con el dolor en el corazón, con el vacío, con el hambre, no hagas nada.
No quieras sacar una fórmula, una ecuación, una receta
No quieras hacer algo con esto
No hagas nada
No quieras llegar a puntos o a puertos
No llegues
No quieras llevarte algo para tu casa.
No quieras hacer algo al respecto para que esto no se te olvide
No hagas nada para no olvidarlo
Es más, olvídalo.
Tampoco quieras no hacer nada
Tampoco quieras no querer
No quieras nada
Pero si quieres, tampoco pasa nada.
Y de la nada, surgirá todo
Pero igual no quieras ir a la nada.
Manuela Navarro Arias
ॐ
NOTICIAS Y VARIOS

Fase Transpersonal, Diplomado en Psicología y Psicoterapia Transpersonal
Fase III: La Senda del Bodhisattva
Este mes iniciamos la tercera fase de nuestro Diplomado en Psicología y Psicoterapia Transpersonal. Luego de recorrer la historia prepersonal y personal, nos adentramos en el misterio de lo que va más allá de nosotros y nos conecta con una verdad universal.
“Las experiencias transpersonales desafían la creencia de que la conciencia humana se halle circunscrita al dominio de nuestros sentidos y esté determinada por el medio en el que penetramos en el momento del nacimiento. La psicología tradicional sostiene que nuestra experiencia y actividad mental es la consecuencia directa de la capacidad del cerebro para clasificar, atribuir significado y almacenar la información recogida por nuestros sentidos. No obstante, los investigadores transpersonales, por su parte, proporcionan evidencia consistente de que, bajo ciertas circunstancias, tenemos la posibilidad de acceder a fuentes casi ilimitadas de información sobre el universo que no se hallan necesariamente circunscritas al entorno físico que nos rodea.” Stanislav Grof, La mente holotrópica.
Como seres interpersonales que somos, servir a la vida y a otros implica saber leerles, exige ir amistando en nosotros lo que a otros aqueja, y requiere empatía (conectar y recibir sin juzgar), bondad (comprensión compasiva), saber emocional y templanza (lucidez): virtudes y señales de la persona que va despertando.
En esta fase exploraremos lo que es poner el ego al servicio de la trascendencia.
*Las fechas de clases las encuentran en la plataforma de estudio.
ॐ

Nuevo Cultivando el Correcto Temple
Llegada Semana Santa y adentrados ya en el segundo trimestre del año, retomamos nuestra indagación interior con ayuda de minimedicinas en un programa de enfoque grupal: Cultivando el Correcto Temple.
La toma de Medicinas Sagradas (MS) en dosis pequeñas en este programa, que dura aproximadamente seis semanas, te llevará a experimentar un estado de presencia consciente mayor al habitual en tu cotidianidad.
Tendrás la posibilidad de identificar aspectos de tu alma cuyo reconocimiento y transformación hacen parte de un proceso de crecimiento personal integral. Y a la par, saberte acompañado por el grupo que, como tú, adopta una mirada curiosa sobre sí mismo y se abre a explorar la profundidad de su ser.
El martes 21 de marzo a las 7:30 p.m. tendremos una charla informativa virtual al respecto, acompáñanos y comprométete con lo más valioso de tu vida: tú mismo.
ॐ

Tao Te Ching
Verso I
El Tao que puede ser expresado con palabras
no es el Tao eterno
El nombre que puede ser pronunciado
no es el nombre eterno.
Lo que no tiene nombre es el principio del cielo y la tierra.
Lo que no tiene nombre es la madre de todas las cosas.
La permanente ausencia de deseos
permite contemplar el gran misterio.
La constante presencia de deseos
permite contemplar sus manifestaciones.
Ambos estados tienen un origen común
y con nombres diferentes aluden a una misma realidad.
El infinito insondable es la puerta de todos los misterios.
ॐ
Encuesta

A. Tristeza
B. Rabia
C. Alegría / entusiasmo
D. Miedo / temor
ॐ
Red de Indra anteriores
Nuestro proyecto va creciendo con cada nueva entrega de este esfuerzo conjunto. Te invitamos a leer nuestros números anteriores. Sigamos nutriendo esta comunidad en busca de más verdad, belleza y bondad en la vida de todos.
ॐ

Cantorezo
Cantamos desde el alma, poniendo humildemente nuestra voz al servicio de la granDiosa Vida.
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CreArte MieL
Nos encantaría recibir tus prácticas creativas de integración.
ॐ

Talleres MieL
Prográmate! Conoce el calendario de nuestros próximos retiros vivenciales con MS.
ॐ

Encuesta de Caminamos
Compartir tu experiencia nos permite mejorar y ayudar a más personas
ॐ

Podcast
Viaje al fondo del alma.
ॐ
